sábado, 6 de agosto de 2011

Resulta que mi compañera de vida recién acaba de terminar los estudios. Sí, de filosofía, esa rémora que poco a poco desaparece de las escuelas. No sé ustedes pero he notado una subterránea tendencia a borrar no de un plumazo, si no de un clic, las humanidades en los planes de estudio. De qué sirve lo que hayan pensado o escrito Aristóteles, Platón, Popper, o Lipovesky. Como van las cosas los egresados de filosofía acabarán abriendo changarros, o empleándose en cualquier cosa, menos la docencia y la investigación. Si mi mujer tiene suerte, tal vez acabe dando clases o de meritoria en la Universidad Michoacana u otra de similar jaez.
Heriberto Yepes desde hace dos años debate en torno a esta catástrofe. Su reciente periplo fue con el imponderable Alfonso Lujambio, el Secretario de Educación, una suerte de profeta de la sociedad cibernética. En su columna de hoy en Milenio le da la puntilla. Muy recomendable y se las paso al costo, (sin costo):


La SEP vs La Filosofía (segunda caída)



Hace dos años escribí sobre la pena capital que la SEP preparó contra la filosofía en el nivel medio superior en México. ¿Qué ha pasado desde entonces?

Tras la RIEMS (Reforma Integral de la Educación Media Superior), se estableció que la educación escolar debe obedecer a “competencias” y se modificó la currícula. La filosofía fue eliminada como materia.

Ante el descontento, el gobierno estableció un diálogo que no ha llegado a nada. Su táctica es dar largas al asunto y hacer que el interés decaiga.

Ya circula una nueva carta de denuncia por escritores y catedráticos en el país.

Casi es un hecho que la filosofía va a desaparecer de las preparatorias mexicanas.

Por consecuencia, siguen las universidades, ya que el reducido campo laboral de los egresados de filosofía se concentra en volverse profesores en sitios como las preparatorias.

El golpe de la SEP contra la filosofía es muy certero en términos de destrucción de esta disciplina.

Los egresados de las licenciaturas de filosofía quedarán desempleados y las universidades irán cerrando esta licenciatura; con excepción de unas pocas —seguramente la UNAM— que decidirán conservarla como símbolo de resistencia cultural. Pero el desempleo será general.

La filosofía en México ya sufrió un golpe mortal por parte del PAN. Primero con Josefina Vázquez Mota y luego Alonso Lujambio.

Ambos, por cierto, aspirantes a la Presidencia. Para su propia desgracia, en su gestión empeoró tanto el nivel educativo, que los mexicanos elegirán como presidente a alguien aún más destructor que ellos.

¿Escenarios posibles?

Uno. Con el retorno del PRI, una parte de la RIEMS sea desechada por razones políticas (escenario improbable porque si hay alguien que controla la política educativa y cultural en México es Elba Esther Gordillo, ayer con el PAN, mañana de nuevo con el PRI).

Dos. Sencillamente, con cierta simulación, la filosofía desaparezca del aula nacional; al principio se le diga ‘transversal’ y al no tener lugar ni en el papel, los profesores la anulen. (La “transversalidad” es una cortina de humo).

Tres. Desaparecida la filosofía de la escuela mexicana —cuyo refugio es la preparatoria, pues ni en primaria o secundaria tiene sitio real—, la filosofía quedará confinada a la lectura… en una época en que el libro de papel agoniza.

En la Encuesta nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales del 2010, la filosofía no apareció siquiera como preferencia del 1% de la población y la encuesta en sí misma no dedicó preguntas expresamente dirigidas a conocer la relación del mexicano con la cultura filosófica.

La micro-minoría que hoy practica la filosofía, decrecerá aún más.

La filosofía quedará desescolarizada. ¿Mala o buena noticia? En México, la filosofía migrará al underground.

Escenas de la Vida Cotidiana



                Premios, lecturas, reseñas, más premios. Tengo un amigo, al que quiero pero lo veo muy de vez en cuando, -tal vez por eso ha aguantado la amistad-, que le encantan esos rituales. Es más: es el lector o reseñador oficial al que acuden la Secretaría de Cultura, los mismos interesados, ¡vamos!, hasta las guardianas de La Vela Perpetua para que escriba unas líneas o hable unos minutos sobre el libro de crónicas, cuentos, impresiones, folletones, trípticos y otras yerbas. Si está en la mesa es sinónimo de buen texto, así sea infame.
                Dice con mucha razón Heriberto Yepes que los talleres literarios matan al escritor en ciernes porque no se trabaja sobre la creación, sino que se habla y se juzga. Es muy probable. En el año que acudí a los talleres de Neftalí Coria sobre poesía y narrativa no aprendí un carajo. Eso fue hace mucho y la intoxicación duró muy poco. Corrijo: fui testigo de cómo talentos menores se construyen una personalidad atractiva, exitosa, -así sea de cartón-piedra-, y reúnen a golpe de rollo algo que se asemeja a un club de fans.
                ¿Y la literatura? Bien, gracias. 

jueves, 4 de agosto de 2011


Esto sucedió hace poco más de dos años. Un hombre de Kenia mordió a una pitón que lo atrapó y arrastró hasta lo alto de un árbol con la intención de comérselo. Fue una batalla épica, dos contendientes decididos, uno, a no dejarse asumir como la cena, y el otro en obtenerla a como dé lugar.  La acometida duró dos horas. Ganó el pastor, pues la serpiente fue sometida por la policía keniana.
La cosa estuvo así: el agricultor Ben Nyaumbe estaba metido en sus faenas, en un campo ubicado en la zona de Malindi, en la costa del océano Índico. Tan ensimismado se hallaba que no percibió al reptil llegar. Como todo pitón que se respete se enrolló en torno al pecho del buen hombre, que fue entonces, -supongo que ante el futuro que le esperaba-, que acudió a una medida desesperada: morder al bicho y taparle el hocico con su camiseta, para inutilizarlo. Para entonces la víbora ya lo había arrastrado a la copa de un árbol.
Una y otra vez el pastor mordió. Continuadamente la serpiente intentaba zampárselo. Con todo,  los buenos dientes de Ben surtieron efecto pues  su verdugo aflojó la presión y fue así que el pastor pudo alcanzar su teléfono celular del bolsillo de su pantalón. Pidió ayuda. Los uniformados, al llegar, fueron testigos de la batalla entre la sierpe y el hombre, - relato bíblico si los hay pero con el argumento al revés-. Los agentes tuvieron que tirar una cuerda para bajarlos y salvar al casi desfallecido Nyaumbe.
En medio de la confusión la pitó hizo mutis. Meter Katar, superintendente de la policía keniana, declaró que estaban “seriamente” buscando a la serpiente, con la intención de arrestarla. “Es un peligro para la seguridad pública”, dijo, solemne…
A la fecha la malhechora sigue prófuga de la justicia.
En los últimos días he leído opiniones mezquinas, tacañas, cicateras en torno a la admirable lucha que emprende y sostiene el poeta Javier Sicilia.El más civilizado de los adjetivos escritos es el de la ingenuidad. Otros, escribanos cuyo estilo de regañar más que de analizar, (dixit Ricardo Alemán), nos hacen sospechar que la liebre tiene dueño y habita en Los Pinos.

Mientras sean peras o manzanas, ahí va un esclarecedor artículo de la admirable Soledad Loaeza, cuya solvencia intelectual y moral está a salvo de cualquier examen. Se publicó el día de hoy en La Jornada. es una voz de alerta para que los muertos que son cifras tengan un rostro, se hagan visibles, pues...

 El desamparo
Soledad Loaeza

Las historias de las víctimas del combate al narcotráfico que se han hecho públicas en las últimas semanas hablan sobre todo del desamparo en que se encuentran miles de familias que han perdido a un ser querido. El gobierno no ha podido o no ha sabido atender la soledad en que se encuentran los deudos que acuden a la policía, a las procuradurías, en busca de apoyo, y que se topan con un muro de silencio, o con la aterradora realidad de que las autoridades carecen de recursos para hacer las investigaciones que demanda la aclaración de cada uno de los casos. Nada más que por esa razón el gobierno es el primer acusado al que apunta el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza Javier Sicilia, porque ha pecado por omisión, por indolencia, por indiferencia, por incompetencia, porque ha hecho a un lado una razón capital de la existencia de todo Estado, del cual el gobierno es instrumento: la protección de la población.

La protesta de los deudos nace de su indignación y, sobre todo, de su impotencia frente a un adversario que es irreconocible porque los posibles responsables se mezclan y confunden. No saben si su familiar desapareció o perdió la vida por un desafortunado accidente, por la intervención del Ejército, por la incompetencia de la Policía Federal o por la complicidad de la policía municipal con el crimen organizado. Tampoco saben si la tragedia que están viviendo es obra de sicarios y narcotraficantes capaces de una cruel creatividad que nos horroriza a todos. Y debe ser una insoportable tortura para los deudos imaginar los últimos minutos de vida de los hijos o hijas, de los padres, de los esposos o amantes, y no saber cómo fueron esos momentos de terror o de sorpresa. Aunque lo que sí saben es que no estuvieron con ellos para protegerlos, para reconfortarlos o nada más para acompañarlos. De ahí la urgente necesidad de consuelo que los embarga a todos, y que sella con tan conmovedora emotividad al movimiento de Sicilia.

Este dolorosísimo no saber es la reiteración del desamparo y de la impotencia, pero es también una poderosa motivación para movilizarse y protestar. Rosario Ibarra de Piedra lleva tres décadas exigiendo saber, queriendo arrancar de las autoridades la información que confirme la muerte de su hijo y dé cuenta de las condiciones en que murió. La incapacidad de las autoridades para responder de manera satisfactoria a todas las preguntas que se hacen la señora Ibarra y los deudos de ahora es una prueba más de la debilidad del Estado. Para nosotros es también la advertencia de que estamos solos en este sangriento combate entre policías y narcotraficantes, narcos y narcos, policías y policías, policías y militares, porque la inmensa mayoría somos apenas, y si acaso, simples mirones. Lo cual no significa que estemos a salvo.

La importancia de que se lleven a cabo las investigaciones conducentes a la aclaración de los miles de crímenes que se han cometido en los últimos seis años estriba en que es obligación del Estado aplicar la ley y castigar a quienes hieren, secuestran o matan; pero, además, investigaciones honestas y serias nos darían la prueba de que a las autoridades realmente les importan los ciudadanos, y si les importan habrán de protegerlos. Creo que las investigaciones tienen también el grandísimo valor de devolver a las víctimas su individualidad, un rostro, un nombre, una biografía, el carácter que le era propio a cada una de ellas, y que los deudos buscan rescatar. A las víctimas los criminales también les arrebataron su personalidad cuando rociaron con una ametralladora y de manera indiscriminada a un grupo como si se tratara de un hato de animales. Las investigaciones liberan a los muertos y desaparecidos de la fosa común en que se han convertido expresiones genéricas como las víctimas o los desaparecidos. Y pido una disculpa por utilizarlas, y por no tener una fórmula más respetuosa para referirme a ellos.

Paradójicamente, ahora que el Estado se ha hecho más presente en la vida social, después de décadas de políticas de reducción del intervencionismo, es cuando más desamparados nos sentimos. La inseguridad que se ha apoderado de grandes zonas del país explica esta sensación, pero sólo parcialmente, porque la débil o errada respuesta del Estado al reto del crimen organizado también alimenta nuestras inquietudes y temores. No se trata de reivindicar el paternalismo estatal –aunque en un país pobre como el nuestro, ante la adversidad buena parte de la población naturalmente voltea los ojos hacia el Estado en busca de apoyo–, sino de exigirle al gobierno la protección que necesitamos para vivir sin miedo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Buenas noches con blues del bueno...


La foto, que no tiene desperdicio, es de Iván Sánchez y fue publicada en la edición de La Jornada Michoacán del día miércoles 3 de agosto del 2011.
¿Quién es la mujer que sonríe como si cualquier cosa, desnuda de afeites? Es la hermana del presidente Felipe Calderón Hinojosa.  Ha conversado en "privado" con el Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos. El funcionario federal ha iniciado una gira de trabajo por Michoacán para promover el Seguro Popular, reunirse con su homólogo José Guadalupe Hernández Alcalá, y afinar detalles del programa que incorpora a ciudadanos que no tienen seguridad social. ¿Y porqué ha distraído tiempo oficial para juntarse con la señora Luisa María Calderón Hinojosa, candidata a gobernar Michoacán? Como dice el clásico: esa es la cuestión. Si se fijan ustedes en la imagen, el Secretario de Salud aparece en un discreto segundo plano, y se percibe discretamente contento, satisfecho tal vez de una misión cumplida. Y como para fincar la tesis de que la política mexicana es como el túnel del tiempo, el tercer personaje visible es un ayudante o un guardaespaldas, de esos que retrató con insigne tino Abel Quezada: mofletudo, gordinflón y con la corbata fuera del suéter. ¿Es que estamos en los tiempos del PRI o qué?.
Nada importa que se haya criticado al Presidente el poner a disposición de su hermana, la que se iba a ir del país para no ser la pariente incómoda, el aparato de estado. Antes del acto estrictamente protocolario el Secretario de Salud platicó con la candidata, seguramente para enterarla de los pormenores de este programa, su aplicación en zonas emergente, los alcances en la población de bajos ingresos. Es decir hablamos de información privilegiada. En una democracia con instituciones más o menos sólidas esto ya habría provocado indignación y escándalo. Aquí no. Hay una suerte de metafísica de las costumbres panistas, de filosofía política del haiga sido como haiga sido, que los inocula contra el rubor.
En unas horas más llegará el Presidente a la tierra caliente michoacana, ahí en donde secuestraron por varias horas a empleados de las empresas encuestadoras Mitofsky y Parametría. en el municipio en donde acampan más de mil 500 policías federales y militares a la búsqueda de La Tuta, el famoso narcotraficante líder de lo que resta de La Familia Michoacana. En la misma región en donde miles de ciudadanos se han quejado de los excesos cometidos por los guerreros de García Luna, (alrededor de 300 quejas documentadas ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos).Viene a inaugurar carreteras y hospitales y a pasearse por su tierra. Seguramente nos dirá que el país marcha bien, que los casi 60 millones de pobres son, parafraseando cierto ideólogo del neoliberalismo triunfal, un mito genial.
Por eso está tan contenta la hermana del presidente, y el empleado de la familia, perdón, el Secretario de Salud...